La inteligencia artificial (IA) ha acaparado muchos titulares. Si bien es natural desconfiar de las nuevas tecnologías, la verdad es que la IA ha estado en uso durante algún tiempo y es probable que su uso continúe creciendo y expandiéndose. Es importante comprender mejor la IA y cómo puede usarla para ahorrar tiempo y dinero y mejorar las operaciones de los edificios.
¿Qué es exactamente la IA?
La IA simplemente significa inteligencia en las máquinas, en contraposición a la inteligencia natural que se encuentra en las personas. El término inteligencia artificial se remonta a 1956.
Las tecnologías de IA brindan a las máquinas capacidades típicamente asociadas con la inteligencia humana, como el reconocimiento de voz, la percepción visual y la toma de decisiones. Estas máquinas inteligentes pueden analizar grandes cantidades de datos, aprender de esos datos y adaptarse a la nueva información y realizar tareas complejas de forma automática, con poca o ninguna intervención humana.
Un ejemplo bien conocido de IA es Google Maps, que utiliza inteligencia artificial para analizar las condiciones cambiantes del tráfico y sugerir las rutas de viaje más oportunas. Los coches sin conductor utilizan la inteligencia artificial para reconocer las señales de stop, distinguir a un peatón de un poste de luz, etc.
Uso de la IA para mejorar las operaciones de los edificios
Los sistemas de IA utilizan el aprendizaje automático para optimizar de forma proactiva el consumo de energía, lo que reduce los residuos y ahorra dinero. Estas son algunas formas en las que puede utilizar las tecnologías de IA para ahorrar energía y mejorar las operaciones de los edificios.
Gestión predictiva de la energía. La IA puede analizar los datos de consumo de energía, los patrones de ocupación, etc., para conocer el uso de energía de su edificio. A continuación, puede combinar esto con las previsiones meteorológicas y otros factores para predecir las necesidades energéticas futuras. Con esta información, puede ajustar de forma proactiva la climatización, la iluminación y otros sistemas del edificio para optimizar el uso de la energía.
Control inteligente de edificios. Los sistemas de IA pueden trabajar con sensores inteligentes y controles avanzados para responder a los cambios en el clima o la actividad del edificio en tiempo real. Por ejemplo, la IA puede ajustar automáticamente la temperatura y la iluminación del edificio en función de la ocupación y las condiciones climáticas exteriores para ahorrar energía y garantizar la comodidad.
Gestión de picos de demanda. Los cargos por demanda máxima son un costo significativo para muchas instalaciones, especialmente durante los meses de verano. Al analizar los datos en tiempo real sobre la demanda y la disponibilidad de energía, la IA puede distribuir el uso de energía entre diferentes sistemas y períodos de tiempo para minimizar la demanda máxima y reducir los costos.
Detección y diagnóstico de fallos. Los equipos antiguos o defectuosos no solo son menos eficientes, sino que pueden dar lugar a costosas reparaciones o reemplazos. La IA puede detectar ineficiencias y fallos en los sistemas de construcción y proporcionar diagnósticos en tiempo real y recomendaciones de mejora. Esto puede ayudarle a aumentar la eficiencia energética del sistema y reducir los costes de mantenimiento.
La tecnología de IA avanza rápidamente y los sistemas de construcción impulsados por IA ya están en el mercado. Considere la posibilidad de explorar la IA como otra herramienta para ayudar a optimizar las operaciones de los edificios y, al mismo tiempo, ahorrar tiempo, energía y dinero.
Boletín Conexiones de julio de 2023
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